El olor del desierto, día quinto

Ultimamente vago por el desierto. Nose si será común pero la sensación de llegar aquí y de que el tiempo se pare y con ello todo tu ritmo, es diferente. Después de retar al destino y beber un vaso lleno de agua del desierto, en una plata potabilizadora comimos, y me senté en las manos de nuestras niñas saharauis,pasé la tarde con tironesde pelo ymasajes craneales, mientras llenaban mi cabeza de un extraño pelode rata. yo las veia reirse mientras hablaban de algo que pude adivinar como árabe, y mientras yo chapuerreaba y repetia cosas, como un monito, que ellas decían.
Esta noche espero no molestar chicas.

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